Rayito ha quedao con sus colegas para ver el partido, y como le pasa siempre llega el primero y tiene que esperar a los demás. El Rayo es su pasión.
Mientras llegan o no llegan se pide su caña de cerveza que luego los otros se dedican más al calimocho y se lo escupen en las alas para ver quien es la primera a la que se le quedan pegadas y se cae al suelo.
Poco a poco van apareciendo los colegas y cuando ya están todos vuelan hacia el estadio a animar al Rayo y lo que haga falta.
Los fines de semana que no hay partido trabajan poniendo piercings y haciendo tatoos con sus aguijones.
Son de mal perder, y si su equipo lo necesita se dedican a importunar en formación de ataque al portero del equipo contrario. Para ello ensayan como mínimo una vez al mes, por que las cosas si las hacen, las hacen bien.
Arriba tenemos su formación más aclamada, la de nombre «Ahora soy una flor, ahora soy un flandul y mientras te lo piensas te meto un gol».
Su abuela «Tere» les da un cola cao cuando terminan los partidos para que recuperen las fuerzas de tanto su animar a su equipo.
Rayito dice que va a inventar una máquina de clonación para poder multiplicarse y armar más guerra en los partidos.
Luego se comen un bombóntrapa y se recuperan rápidamente.
Instantanea del ensayo del último mes con su formación «Nos gusta poner to el peso en el de abajo que come mu bien».
Aquí podemos ver a Rayito y sus colegas haciendo la formación «Pino puente».
Broche de fieltro cosido a mano con cierre de seguridad.
Configurable con cualquiera de las equipaciones del Rayo Vallecano.
5 euros/ud. Descuentos por cantidad.